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El crimen de Blanca Reyna Lara, conocida por muchos como “la chica del tatuaje”, estremeció a todo el Perú. Tras meses de silencio, su madre, tía y prima han decidido contar lo que vivieron con el hallazgo de sus restos, esto en Evidencia Oculta.
El relato es tan crudo como desgarrador. Además, se suma una acusación directa: el padre de Pablo Valencia Román, expareja de Blanca y principal sospechoso, responsabiliza a su propio hijo, quien se encontraría en Argentina sin ninguna requisitoria oficial.
¿Qué pasó realmente? Esta historia de dolor, crueldad y búsqueda de justicia apenas comienza a revelarse.
Entre lágrimas, la madre de Blanca Reyna Lara recordó el momento exacto en que encontró los restos de su hija. La imagen del tatuaje fue lo único que permitió identificarla en ese instante.
Este tatuaje, que la hizo conocida como “la chica del tatuaje”, se convirtió en la única prueba visible tras un acto de violencia indescriptible. La madre aseguró que, aunque el dolor sigue vivo, contar su verdad es una forma de mantener la memoria de su hija intacta y exigir justicia.
La revelación más sorpresiva vino del entorno del propio Pablo Valencia Román, expareja de Blanca. Su padre, en una entrevista reciente, no dudó en señalarlo directamente como el responsable.
Pese a la gravedad de sus palabras, Pablo se encontraría en Argentina y, hasta el momento, no existe una orden de captura internacional en su contra. La familia de Blanca exige respuestas, justicia y que el caso no quede impune.
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