Los taxis: eterno problema

A cualquier hora del día en Lima, desde hace ya muchos años los taxistas y sus vehículos de todo pelaje se han convertido en una nociva plaga que hace colapsar sus caóticas calles.

Un feroz dato estadístico de la municipalidad lo resume todo: Los taxis ocupan el 60% de nuestras pistas, pero apenas cubren el 4% de la demanda.

La situación es más que alarmante, pues si tomamos en cuenta que en nuestra capital el parque automotor está conformado por poco más de un millón de autos de los cuales más de 200 mil son taxis; quiere decir que de cada cinco vehículos uno es conducido por un taxista.

Y por supuesto tanto quienes los toman, como quienes los conducen hacen lo que les da la gana. Típicos casos, sus usuarios se bajan donde les place. Como en ninguna otra parte del mundo, de cada 45 limeños, uno es taxista o, dicho de otro modo, hay un taxi por cada 45 limeños.

Se trata de un auténtico problema social, pues dedicarse a ser taxista en el Perú, es la panacea para solucionar el desempleo. En este país, le puedes poner un cartel a tu auto, atropellar los derechos ajenos y poner tus manos al volante. 

La mitad de los 220 mil taxistas es informal, no se necesita, como en países vecinos, postular, capacitarse, para obtener una licencia y ofrecer un servicio responsable.

Muchos taxistas peruanos, y eso como un desagradable sello nacional, se dan el lujo de chotear, de desairar impunemente al ciudadano que quiere contratarlo y pagarle por el servicio de llevarlo a su destino.